Con motivo del Día Internacional de la Mujer, escribimos este post para concienciar sobre la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares en el género femenino.
Según los datos del INE 2016, la primera causa de muerte en las mujeres son las enfermedades cardiovasculares (270 fallecidas por cada 100.000 habitantes).
La enfermedad cardiovascular se manifiesta más tardíamente en la mujer en comparación con los hombres, y puede que ciertos factores hormonales participen en esta diferencia. No obstante, en los últimos años se está observando que las mujeres manifiestan la enfermedad cardiovascular a edad más temprana, lo cual es preocupante. Los hábitos de vida no saludables y el ritmo de vida actual son los principales causantes de ese empeoramiento.
En cuanto a la cardiopatía isquémica se refiere (angina e infarto), las mujeres tienen peor pronóstico que los hombres. Esto es así porque los síntomas en las mujeres son atípicos e inespecíficos, lo que dificulta y retrasa el diagnóstico. Esto a su vez hace que se retrase el tratamiento y por tanto, la morbilidad y la mortalidad sean mayores. También se ha demostrado que el tratamiento en las mujeres está menos optimizado que en los hombres, tanto en prevención primaria como en secundaria.
Las pruebas de esfuerzo realizadas en mujeres tienen menos especificidad y sensibilidad para la detección de lesiones coronarias. Presentan un mayor número de falsos positivos (prueba de esfuerzo positiva para isquemia y coronariografía sin lesiones significativas).
No existe evidencia sólida del efecto de determinados fármacos en la mujer, pues éstas están poco representadas en muchos de los ensayos clínicos que se realizan.
Una enfermedad cardiaca en donde predominan las mujeres es el síndrome de Tako Tsubo o Miocardiopatía de Estrés. Se trata de una entidad que sucede habitualmente en éstas, se manifiesta con dolor torácico tras un estrés emocional importante (fallecimiento de un ser querido o una discusión importante) y se acompaña de elevación de biomarcadores de daño miocárdico, aquinesia apical de ventrículo izquierdo transitoria y arterias coronarias normales.
La mujer tiene una prevalencia similar de fibrilación auricular que el hombre, pero el riesgo embólico, a partir de cierta edad es mayor, por lo que es fundamental instaurar el tratamiento preventivo correspondiente (en este caso, la anticoagulación oral). La fibrilación auricular en la mujer confiere además peor pronóstico, pues también aumenta la posibilidad de insuficiencia cardiaca y la mortalidad.
Hay ciertas arritmias que se manifiestan más en las mujeres, como es la taquicardia por reentrada intranodal, típica de pacientes jóvenes.
Las mujeres embarazadas tampoco se libran de sufrir enfermedades cardiovasculares. La hipertensión arterial gestacional aparece en el 6-7% de las embarazadas y si no se controla de manera adecuada se puede sufrir preeclampsia. La miocardiopatía periparto es una entidad poco frecuente, inducida por la gestación, que se presenta con insuficiencia cardiaca secundaria a disfunción sistólica del ventrículo izquierdo en el último mes de gestación o en los 5 primeros meses postparto.
Las diferencias entre ambos sexos en cuanto a la aparición de las enfermedades cardiovasculares se han atribuido clásicamente a la situación hormonal de cada género, aunque realmente no están bien definidas las causas. No obstante, no hay que olvidar que la realización a diario de unos hábitos de vida saludables es el mejor tratamiento preventivo para evitar estas enfermedades.
Mujer, cuide su corazón. Acuda al cardiólogo.